Un antiguo amor entre extintores
Una ingeniera estaba desempeñando sus funciones como inspectora de seguridad contra incendios de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Como siempre, todo parecía estar bajo control y sin grandes novedades hasta que llegó a la clínica dental que tenía que inspeccionar.
Al entrar, un aroma familiar inundó sus sentidos. No podía recordar de dónde lo conocía, pero estaba segura de que lo había olido antes. Tras echar un vistazo rápido alrededor, comenzó con la inspección y descubrió algo que no esperaba: los extintores estaban ubicados en lugares que no cumplían con el reglamento, además de estar fuera de fecha y caducados.
Ella sabía lo que tenía que hacer. Comenzó a redactar el acta, dejando constancia de las irregularidades que había encontrado. Sin embargo, justo en ese momento, apareció por la puerta el dueño de la clínica dental. Era él, su primer amor de universidad. La ingeniera quedó sorprendida y emocionada de verlo después de tanto tiempo, pero también sabía que tenía un trabajo que hacer.
El dueño intentó seducirla, intentando persuadirla para que redactara el informe a su favor. La ingeniera se encontraba en una encrucijada. Por un lado, seguía enamorada de él y le deseaba lo mejor, pero por otro lado, ella era una profesional y debía hacer su trabajo correctamente.
Mientras observaba aquel extintor caducado, la duda la invadió por un momento, pero finalmente tomó una decisión. Sabía que no podía permitir que sus sentimientos la hicieran tomar una decisión que pudiera poner en peligro a los demás. Aunque doliera, sabía que debía ser justa y hacer lo correcto, incluso si eso significaba no complacer a su antiguo amor.
La tensión en el aire era palpable mientras la ingeniera seguía redactando el informe, sin desviar la mirada del papel. El dueño de la clínica dental se encontraba a su lado, pero ella no cedió a su encanto. Una vez que terminó, se levantó y se despidió fríamente, dejando atrás su antiguo amor y una carga emocional difícil de soportar.
A medida que se alejaba de la clínica, la ingeniera sabía que había hecho lo correcto, pero no pudo evitar preguntarse si había tomado la decisión correcta en cuanto a su corazón. Aun así, ella era una profesional y debía hacer su trabajo con integridad y ética, incluso si eso significaba dejar atrás a su primer amor.